[Cine] Candyman
El hombre del saco, con las manos de garfio y que escupe enjambres de abeja, regresa al vecindario de Chicago, donde comenzó su leyenda. Una cinta dirigida por Nia DaCosta, con un reparto de actores conformado por Yahya Abdul-Mateen II, Teyonah Parris, Nathan Stewart-Jarrett y Vanessa E. Williams.
En este primer párrafo quiero advertir que me extenderé en varios puntos, por lo que puede resultar extenso. El primero de ellos es que antes de este filme he visto la trilogía original por lo que surge la siguiente pregunta ¿es necesario verse las tres primeras partes para entender esta nueva entrega? Como hizo Halloween con su secuela directa en 2018 que ignora todo lo acontecido en las que siguieron, este largometraje hace lo mismo, tenemos una continuación directa del primer largometraje con una historia que usa elementos de esta mitología muy bien, pero que no termina de funcionar por la siguiente razón. La primera hizo un trabajo excepcional en darnos un relato de terror que indirectamente invitaba a reflexionar los problemas raciales de los Estados Unidos, pero que en esta ocasión se enfoca tanto en lo último que se siente forzada, no saben dar el mensaje de tal forma de que no solo un ciudadano afro descendiente pueda conectar, sino que lo haga la audiencia en general, y en el intento justo eso hace que opaque las cosas en la que la película cumple.
Yahya Abdul-Mateen II es Anthony McCoy, un pintor que al ya no tener ideas se inspira en la leyenda del Hombre del Garfio. Como protagonista, Abdul-Mateen II logra demostrar que su actuación es capaz de sostener el peso del principal, y puede transmitir esa obsesión que está teniendo el artista en torno a la mitología en donde se va adentrando para descubrir la verdad, pudiéndose perder en el camino.
Teyonah Parrish es Brianna Cartwright, pareja de Anthony y quien promociona su arte. La actuación de Parrish nos presenta a un personaje co-protagonico muy carismático que tiene un balance entre ser fuerte y alguien que se encuentra en apuros. La figura de la damisela en peligro está aquí presente, pero no se abusa de ese recurso, porque el personaje de para más, incluso teniendo un pasado igual de oscuro como el de la leyenda.
Nathan Stewart-Jarrett es Troy Cartwright, hermano de Brianna. Creo que este actor merece una mencion especial porque su personaje tiene naturaleza inclusiva, y por primera vez en mucho tiempo quiero dejar esto a un lado porque no es lo que en realidad importa. La cuestión es que hay un momento con el personaje que se vuelve un narrador, me extenderé con esto último más tarde, y lo hace de tal manera que te sumerge en lo que cuenta de una forma peculiar y sombría.
Vanessa E. Williams regresa como Anne-Marie, un personaje traído del primer largometraje. Hago mención a ella para que aunque su participación es corta, nos ayuda a entender que lo que estamos viendo se trata de una continuación. Sin hacer spoilers, razón por la que no mencionare la figura antagónica de esta ocasión, hay personajes y elementos que vienen directamente de la mitología que estableció el primer filme, tanto reinvenciones que funcionan como regresos que pueden quedarse cortos pero que logran impactar.
En cuanto a los aspectos técnicos, la ambientación y escenografía nos muestra una Cabrini-Green de los tiempos que transcurren, que se ha remodelado pero que se niega a olvidar. Se agradece que los efectos prácticos sean mayormente implementados que los efectos especiales, son estos los que nos dan momentos de terror que si bien no asustan generan tensión e incluso incomodidad. La banda sonora tiene melodías tanto que no hacen solo acompañar las escenas como unas que se quedan grabadas en la mente, sobre todo las usadas en el tramo final, que se siente como un homenaje de la banda sonora original. Para finalizar quiero hacer mención especial a algo de lo que ya escribí arriba, para los vistazos al pasado, tanto de la historia como de la primera, mayormente se usó el recurso visual de contar en la forma de títeres de papel por sombras de luz, un elemento que se siente muy novedoso y llamativo cuando se ve por primera vez.
Candyman puede tener personajes decentes y aspectos técnicos bien cuidados, pero eso no quita que su mensaje termine por opacar de una forma incomoda lo que pudo ser una continuación de una historia de terror que en un principio nunca necesito gritar que tocaba temas raciales para que se pudiera conectar con ella.
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